Depredadores Del Caracol

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Para ser francos, los caracoles de tierra tienen un número grande de depredadores. Son animales regularmente pequeños, lentos, y carecen de agilidad o habilidades físicas de defensa. Por estos motivos, a menudo se ven atacados por otros animales más grandes, fuertes y rápidos que los convierten en su comida. Desde el punto de vista ecológico, los caracoles terrestres están en la parte inferior de la cadena alimentaria.

Los enemigos más comunes de los caracoles son pequeños vertebrados e invertebrados, aves y mamíferos. No suelen ser atacados por grandes mamíferos. Entre los depredadores más pequeños se encuentran las moscas, ácaros, nematodos, milpiés, ciempiés, algunas orugas y luciérnagas, sanguijuelas, escarabajos y sus larvas, ratas, ratones, comadrejas, ardillas, sapos, salamandras, tortugas, mirlos, pavos salvajes y otras aves de la subfamilia Tetraoninae.

Y también se comen unos a otros. Bueno, en algunos casos. Ciertas especies como la caracola Rumina decollata disfrutan comer otros parientes, normalmente caracoles de jardín (Helix aspersa). Haplotrema concavum es un depredador carnívoro norteamericano que, además de gusanos, goza comiendo otros caracoles que pueden ser de su misma especie.

Los depredadores atacan caracoles en función de su propio tamaño y capacidades. Para los más pequeños, como los nematodos o las larvas, resulta relativamente fácil introducirse por la apertura del caparazón y comenzar a comerse al caracol. Los más grandes pueden aplastarlos o realizar un agujero en la concha para extraer el cuerpo blando.

En algunos casos, los caracoles finalizan su vida a manos de depredadores introducidos a su hábitat, es decir, de animales que no pertenecen a su entorno natural. Esto puede ser muy peligroso. Mira lo que ha sucedido con la especie Pseudocharopa whiteleggei, altamente vulnerable a la rata negra, (Rattus rattus) que fue introducida en Australia a principios del siglo XX. Se cree que la rata ha sido clave para la disminución de la población de dicha especie de caracol.

Hay caracoles que tienen más depredadores que otros, ya sea por sus características físicas o por el hábitat en el que viven. Las especies del género Powelliphanta (nativas de Nueva Zelanda), aunque son carnívoras y pueden comer otros caracoles, deben cuidarse de zarigüeyas, ratas, comadrejas, cerdos, wekas (Gallirallus australis), zorzales (Turdus philomelos), erizos y comadrejas. Realmente, todas las especies son vulnerables.

¿Cómo se defienden los caracoles?

Tal vez no tengan la apariencia más feroz, pero tampoco están completamente indefensos ante sus atacantes. Para ello, pueden hacer uso de estrategias como las siguientes:

-Pueden retraerse en sus caparazones. Ya ves que no son rápidos; entonces, cuando sienten peligro cercano se encierran en su concha y tapan la apertura con una capa de moco llamada epifragma.

-Secretan mayor cantidad de moco. Se sabe que cuando un animal ataca a un caracol, este libera grandes cantidades de moco, quizá para confundir o asfixiar al atacante. Hasta el momento no se ha comprobado que las secreciones de los caracoles terrestres contengan sustancias tóxicas.

-Se entierran bajo el suelo. Puede ser eficaz para desaparecer de la vista de su depredador.

-Habitan áreas que les ofrecen refugios como rocas y plantas, las cuales le ayudan a esconderse. Algunos se colocan en sitios de difícil acceso como las grietas o los techos de algunas estructuras.

-Coloración críptica. El caparazón de la mayoría de los caracoles es marrón o marrón claro, lo que les ayuda en algunas ocasiones a pasar desapercibidos en el suelo o en los troncos podridos de árboles.

-¡Huida! Existen individuos que sí acostumbran a escapar ante un ataque directo. Son capaces de moverse bruscamente si otro caracol se coloca encima de ellos. Algunos logran hacerlo sin que su atacante se dé cuenta.

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